3.1.- La época de Pessoa. El Modernismo
En la literatura en lengua portuguesa se
conoce como Modernismo un movimiento literario cronológicamente situado entre
las dos guerras mundiales y que se corresponde con lo que en la literatura en
lengua española conocemos como vanguardias. Las hondas transformaciones vividas
a fines del XIX y principios del XX enmarcan y hacen comprensibles aventuras
poéticas individuales como la de Pessoa, que expresan una doble crisis: la quiebra
de los valores religiosos, morales y estéticos tradicionales (crisis cuya raíz
puede remontarse al s. XVII) y la crisis más próxima del racionalismo. En el
Modernismo portugués reconocemos dos influencias opuestas: por un lado, la
herencia romántica y simbolista (Baudelaire), que engendra ironía y pesimismo;
por otro, el futurismo, una literatura que expresa el vértigo de una nueva
época, caracterizada por el movimiento y la invención, la máquina, el cine, el
automóvil. Los poetas modernistas (vanguardistas) se hacen cargo de las nuevas
conquistas de la ciencia y de las nuevas filosofías y corrientes de
sensibilidad que a partir de 1900 cuestionan agudamente los sistemas racionales
y progresistas del pensamiento decimonónico. Ensayan el pensamiento poético
como filosofía de un tiempo nuevo. Suponen una superación del movimiento del
SAUDOSISMO (surgido en torno a 1910, con la revista A Aguia y Teixeira de
Pascoaes) que preconizaba el recuerdo del pasado glorioso de Portugal. Frente
al recuerdo y la nostalgia, optarán por la absoluta modernidad.
CARACTERÍSTICAS DE LA LITERATURA MODERNISTA:
– Actitud irreverente hacia los patrones
establecidos.
– Reacción contra el pasado, lo clásico y lo
estático.
– Esfuerzo por alcanzar la originalidad y la
autenticidad.
– Temática más particular, individual.
– Huida del sentimentalismo.
– Interés por la vida interior.
– Comunicación directa de las ideas: lenguaje
cotidiano.
– Valoración de lo prosaico y del humor.
– Libertad formal: verso libre, sin estrofa.
POETAS MODERNISTAS
En Portugal, los principales representantes
del modernismo fueron Fernando Pessoa, Almada Negreiros y Mário de Sá-Carneiro.
Publicaron revistas como Orpheu (1915), Centauro (1916), Ícaro (1916), Portugal
Futurista (1917),Contemporânea (1922-1926) y Athena (1924-1925). Los
modernistas portugueses publicaron algunos manifiestos, sobre todo de tipo
futurista.
En Brasil , los representantes más destacados
fueron Carlos Drummond de Andrade y Mario de Andrade.
3.2. BIOGRAFÍA. PRODUCCIÓN LITERARIA
Nace en Lisboa en 1888 en una familia de clase media acomodada y tiene una infancia felizhasta que muere su padre cuando él tenía cinco años. Su madre se casa en segundas nupcias con el cónsul portugués en Durban (Sudáfrica). Allí se traslada con ella. El desplazamiento afectivo, la visión cotidiana y siniestra de su abuela demente y su carácter introvertido, tímido, hacen que comiencen a aparecer los indicios de un rico mundo imaginativo, ficticio. Crea unos seres irreales con los que conversa, juega y se cartea: los heterónimos (el primero: Chevalier de Pas). En Durban es escolarizado en inglés con gran éxito académico.
A los trece años regresa a Portugal en vacaciones y entra en contacto con la poesía portuguesa (el romántico Almeida Garret). Con el tiempo sus lecturas se amplían: Shelley, Keats,Tennyson, Poe).
A los 17 años, fracasado por problemas burocráticos su intento de estudiar en Oxford, regresa definitivamente a Portugal.
No volverá a marchar jamás, prácticamente no saldrá de Lisboa. Se siente inadaptado, solo, incomprendido. Empieza a escribir versos y prosa en inglés (heterónimo: Charles Robert Anon). Se gana la vida como corresponsal de cartas comerciales al extranjero en diferentes despachos. Frecuenta tertulias y conoce a autores portugueses. Comienza su proceso de “nacionalización” como persona y como poeta. Comienza a colaborar en revistas, incluida la del saudosista Teixeira de Pascoaes , del que se acabará apartando.
Crea numerosos movimientos literarios: paulismo, interseccionismo, sensacionismo.
En 1914 nacen sus principales heterónimos literarios: el maestro, Alberto Caeiro, y los discípulos, Ricardo Reis y Álvaro de Campos. Cada uno cuenta con personalidad propia y un estilo literario concreto. Más tarde surgirá otro heterónimo, Bernardo Soares (autor del famoso Libro del desasosiego, obra en prosa), que es el que tiene más puntos en común con el propio Pessoa.
En 1915 funda con Mario Sá-Carneiro la revista Orpheu, en la que publicará varios poemas y en la que aparecen elementos modernistas y de la vanguardia francesa. Un año después su amigo Sá- Carneiro se suicidará.
Se entrega a la escritura, al ocultismo, a la bebida. En ocasiones vive en la miseria. En 1934 publica (gracias a un premio) Mensagem, obra en la que trata el glorioso pasado de Portugal. Es el único libro que publicará en vida. Un año después muere en Lisboa.
3.3- TEMAS, EL HETERÓNIMO ALBERTO CAEIRO
“Me acordé un día de gastarle una broma a Sá-Carneiro, de
inventarle un poeta bucólico, de especie complicada, y presentarlo, ya no me
acuerdo cómo, en alguna especie de realidad. Tardé unos días en elaborar al
poeta pero nada conseguí. Un día en que finalmente había desistido- fue el 8 de
marzo de 1914- me acerqué a una cómoda alta y, tomando un papel, empecé a escribir,
de pie, como escribo siempre que puedo. Y escribí treinta y tantos poemas de un
tirón en una especiede éxtasis (...) Fue el día triunfal de mi vida y nunca
podré tener otro así. Abrí con un título, “El guardador de rebaños” . Y lo que
siguió fue la aparición de alguien en mí, a quien di de inmediato el nombre de
Alberto Caeiro. Perdóneme lo absurdo de la frase: había nacido de mí mi
maestro”
“Alberto Caeiro nació en 1889 y murió en 1915
( el 16 de abril a las 1.45 p.m); nació en Lisboa, pero vivió casi toda su vida
en el campo. No tuvo profesión ni educación casi ninguna (...) Era de estatura
media y, aunque realmente frágil (murió tuberculoso), no parecía tan frágil
como Carta a Adolfo Casais, 13/01/1935 era (...) Cara afeitada, rubio sin
color, ojos azules (...) No tuvo más educación que casi ninguna, solo
instrucción primaria; le murieron temprano el padre y la madre, y se dejó
quedar en casa,viviendo de unas pequeñas rentas. Vivía con una tía vieja, tía
abuela”
Las obras de Caeiro son las siguientes: El guardador de rebaños (1911- 1912; 49 poemas sin título con numeración romana.); El pastor amoroso (entre 1914 y 1930); 6 breves poemas lírico-amorosos); Poemas inconjuntos (1913-1915; 49 poemas
sin título).
Es el único de los principales heterónimos que no escribió nada en
prosa.
Está considerado el maestro de todos los
heterónimos, a pesar de su poca instrucción. Se presenta como un simple
guardador de rebanhos al que solo le importa ver de forma objetiva y natural la
realidad.
Caeiro nace como un intento de escape del
simbolismo que caracterizaba al saudosismo de Teixeira de Pascoaes. Hay que
entenderlo como fruto de un intento de renovación, de una huida del exceso de
símbolos. La poesía de Caeiro pretende atacar el modo de hacer poesía de los
demás. En cierto sentido está haciendo antipoesía.
Poeta de completa simplicidad, considera que
las sensaciones son la única realidad. Asensaçao é tudo e o pesamento é uma
doença. Sólo le interesa vivenciar el mundo que capta por lassensaciones . Eu
nao tenho filosofía, tenho sentidos. Es el creador del movimiento
sensacionista. Nada existe, no existe la realidad, sino las sensaciones.
Lo importante es el presente. El pasado es
una abstracción y el futuro una ilusión (cualquiera de estos tiempos supondría
una intelectualización)
Caeiro fue “o único poeta da Natureza”. Su
vida la dedicó a observar las cosas: eu devia vê-las, apenas vê-las/ vê-las até
não poder pensar nelas, / vê-las sem tempo, nem espaço,/ ver podendo dispensar
tudo menos o que se vê./ É esta a ciência de ver, que não é nenhuma. Esto le enseñó
que basta existir para ser completo, y esto es lo que canta en su poesía: cada
poema meu dizisto, / e todos os meus poemas são diferentes/ porque cada coisa
que há é uma maneira de dizer isto.
Para él, el hecho de escribir versos no hace
de él algo excepcional dentro de la Naturaleza, ni
siquiera se califica “poeta”: Uma vez
chamaram-me poeta materialista,/ e eu admirei-me, porque não julgava/ que se me
pudesse chamar calquer coisa./ Eu nem sequer são poeta: vejo. / Se o que escrevo
tem valor, não sou eu que o tenho:/ o valor está alí, nos meus versos. /Tudo
isso é absolutamente independente da miña vontade.
En su poesía no encontramos preocupaciones
sociales. La gente pasa de largo. Las injusticias sociales, la historia del
mundo, los problemas políticos, económicos, etc. no aparecerán. Como mucho, con
gran cinismo, son alejados: Haver injustiça é como haver morte/ Eu nunca daría un
passo para alterar aquilo que chaman a injustiça do mundo. /Mil passos que
desse para isso/ eram só mil passos/ Aceito a injustiça como açeito uma pedra nao
ser redonda.
TEMAS:
Su poesía desarrolla y explica su propia
teoría poética, cuyas líneas fundamentales son:
1) Actitud vital: realismo sensorial.
Alberto Caeiro era labrador (dueño de
tierras), pero en su obra se nos presenta como un poeta que se autodenomina
metafóricamente pastor: Eu nunca guardei rebanhos,/ mas é como se os guardasse.
Nos muestra un alma de pastor, de campesino (vivía en Ribatejo). El alma de
quien vive guiándose por las estaciones, satisfecho con el mundo en el que
vive, dejándose llevar. Pasa el tiempo viendo el mundo y las cosas que hay en
él. El único modo válido de pensar es “nao pensar”, sino “olhar” y “ouvir”. La
percepción sensorial es para él el único modo de conocimiento.Fue un
autodidacta. Todos sus conocimientos se basan en una labor personal de
aprendizaje o, como diría él, de “desaprendizaje”.
Su ideal de vida: toda a paz da natureza sem
gente. La naturaleza será la única realidad: el viento, el sol, las estaciones...
Por eso el vocabulario de la obra es reducido, aparece un campo semántico muy
limitado, referido a la naturaleza. El hombre, como ser social, apenas
aparecerá. Caeiro compara sus sentimientos con imágenes de la naturaleza sin
buscarles trascendencia.
El alma existe pero se queda en nada frente a
la grandeza de los elementos naturales. Es un alma de pastor que no piensa
sobre sí misma ni sobre su situación en el universo.
Rechaza la metafísica, la búsqueda de
trascendencia, el conocimiento reflexivo, la carga cultural y el aprendizaje
que esa carga supone. Es un poeta sin ambiciones ni deseos, porque eso iría en
contra de una actitud “natural”, de su anhelo de ser un animal más de la
naturaleza, única verdad dentro de la cual las ambiciones y deseos no tienen
sentido ya que carecen de finalidad, de justificación para su existencia.
Aunque en principio ser poeta pueda parecer
una contradicción con ser natural, no lo es.
Primero, porque no es fruto de una ambición
de triunfo, fama o reconocimiento entre los hombres, sino una manera de estar
solo en ese mundo natural. Su único deseo es el de experimentar muchas sensaciones
y escribir sólo lo que siente. Segundo, porque su poesía no es como la de los
demás.
Escribe como algo natural, por propio impulso
y sin artificios. Ante todo quiere ser natural, espontáneo, simple, ingenuo,
franco, inconsciente, cotidiano. E há poetas que sao artistas/ e trabalham nos
seus versos / como um carpinteiro nas tábuas.../ Que triste nao saber florir!/
ter que por verso sobre versocomo quem construi um muro/ e ver se está bem, e
tirar se nao está!
2) La metafísica del no pensar.
Ha metafísica bastante en nao pensar en nada.
A Caeiro no le interesan las grandes cuestiones debatidas por la filosofía
porque, como ya señalamos, para él pensar es abrir los ojos, percibir
sensorialmente el mundo. Ël piensa viendo. Su metafísica será un sistema
personal de analizar el universo basado en el puro objetivismo. Solo tuvo instrucción
primaria, por lo que sus conocimientos literarios y científicos se supone que
no son grandes. Tampoco los necesita, porque la objetividad muestra las cosas
tal como aparecen como única verdad. Si pensase en las cosas, dejaría de verlas
como son. Hace antifilosofía por ser las filosofías inútiles, por ignorar la
auténtica realidad en aras de conceptos abstractos que ni se ven ni se oyen; no
tienen, pues, por qué existir y lo único que hacen es oscurecer nuestra alma y
que perdamos la ilusión por vivir, lo que es antinatural.
Si comparamos el comportamiento natural con
el comportamiento humano veremos que éste, precisamente por pensar, se
equivoca. La naturaleza, inconsciente, es siempre buena porque no analiza lo
que hace, simplemente lo hace como hay que hacerlo. Será la inconsciencia de la
naturaleza, de las flores, de las piedras, lo que envidie Caeiro muy a menudo. Él
está satisfecho con el mundo en el que vive tal como es, sin buscar más
explicaciones.
Las síntesis lógicas, trascendentales, no
dejan de ser simplemente nombres. Las cosas no tienen alma, ni belleza, ni
otras cualidades semejantes. Rechaza cualquier tipo de abstracción. Las cosas son
como se nos muestran, no hay nada más que comprender. Todo nuestro aprendizaje
debería basarse única y exclusivamente en la experiencia sensorial, en lo que
la naturaleza nos dice de sí misma. Esto supone una labor de “desaprendizaje”
de la carga cultural que nos impide ver la auténtica realidad.
3) Panteísmo y paganismo
Dios, como entidad divina, abstracta, no
tiene sentido en el mundo de Caeiro que niega todo concepto procedente de una
meditación, al no ser que Dios sea la naturaleza: panteísmo (Dios es todas las
cosas)
Niega las creencias cristianas. La naturaleza
será el marco en el que nos hablará de un Jesucristo que vuelve a la tierra
convertido en un niño cualquiera que se funde en el ambiente natural para
disfrutar de él. Un niño es lo que más se aproxima al modelo de vida anhelado
por
Caeiro, a esa inconsciencia a la hora de hacer las cosas y, si
acaso ha de haber conciencia, esta será siempre sencilla, inocente.
Caeiro presenta un Dios-naturaleza, un
Dios-Vida, un Dios de “nuestro mundo”, no una abstracción. Ataca la doctrina
católica, niega el cielo y los principales dogmas (la virginidad de María, la
concepción por el Espíritu Santo, la crucifixión de Cristo para redimir a los
hombres...)
Todo lo ataca como antinatural, extraño y difícil de creer. Ataca
a la Iglesia católica como falsa y se burla de la práctica religiosa. Le parece
un montaje. Para él, si tuviese que existir un ente divino, sería aquel que
fuese lo más humano y natural posible, por eso en un poema dice que el niño
Jesús se hace humano “eternamente”, sin misterios, sin llegar a reconocerse
como Dios y le enseña que todo lo que hay que aprender es a mirar las cosas y
ellas nos dirán la verdad: le enseña la naturaleza.
3.4.- CARACTERÍSTICAS FORMALES EN POEMAS DE ALBERTO CAEIRO
MÉTRICA
Emplea el verso libre. Su poesía es fruto de
un impulso, por lo que no puede tener una medida fija, ni rima, ni seguir un
esquema. No es un trabajo de carpintero sobre las tablas. Son versos más bien
largos que alternan con otros más breves. Se suceden en un estilo casi prosaico,
sin elaboración. Alterna dos tonos: narrativo y lírico (cuando irrumpe la
naturaleza)
CARACTERÍSTICAS ESTILÍSTICAS
1.- La voz poética es una primera persona que habla de sí misma, de su vida,
de su alma, de su poesía, haciendo poesía ingenua, cotidiana, simple, como un
ruido de cencerros, como andar a la lluvia, como la puesta de sol...
2.- Escasez
de adjetivos. Observa y nombra las cosas sin más. No les suele atribuir
cualidades y,cuando lo hace, son cualidades externas, triviales (largo, aberta,
quente, riscado, espalhado). Apenas hay adjetivos que sugieran un tipo de
reflexión sobre el objeto.
3.- Abundan
las formas verbales. Sugieren actividad. Todo el mundo de Caeiro gira en
torno a andar, seguir, olhar, correr, passar, existir, sentir... en el lado
positivo y pensar, saber, desar, tener, imaginar... en el lado negativo. A
medio camino entre ambos polos, comprender o fingir que se comprende. Olhar y
ouvir son los núcleos generadores de todo su conocimento. Las formas verbales
aparecen en 1ª p. singular como manifestaciones de ese yo lírico que está
hablando.Cuando no habla de sí mismo o cuando compara aparece la 3a p.
(singular o plural) , dándole un carácter impersonal. Con igual función
aparecen los infinitivos.
4.- Uso
de un número muy reducido de campos semánticos. La naturaleza manda en su poesía. Encontramos
un grupo reducido de palabras: sol, vento, chuva, erva, flor... No hay apenas
presencia de campos semánticos que hagan referencia a creaciones del hombre.
Cuando aparecen será para designar objetos elementales, cotidianos, que nos
sirven de instrumentos o que satisfacen necesidades básicas. Vocabulario, pues,
reducido. Repetición de lexemas y abundantes juegos de palabras.
5.- Son escasos los lexemas que representan
entidades abstractas y siempre que aparecen es para ser definidos por medio de
una comparación con elementos naturales que rebajan el nivel de abstracción y
los hacen más reales, más próximos. (alma/pastor; pensamentos/ruídos de
chocalhos)
6.- Predominio
de oraciones simples y coordinadas
RECURSOS LITERARIOS
·
Frecuentes paralelismos
·
Uso de asíndeton (ausencia
de la conjunción Y ) y polisíndeton (uso repetitivo de la Y) para la unión de
términos
·
Empleo frecuente de metáforas y comparaciones. Su poesía visualiza
un ambiente bucólico, un paisaje natural en el que se ubica formando parte de
él.
·
Encontramos también ironías
y algunas contradicciones. Partimos de la paradoja: Caeiro trata de descalificar
al lenguaje, al pensamiento y a las absurdas conclusiones a las que nos puede
llevar, pero muchos de sus poemas tienen una carga fuertemente crítica, son
fruto de la reflexión.
3.5) COMENTARIO CRÍTICO Y PERSONAL
.................................................................................................................................
LOS HETERÓNIMOS
- El poeta es un fingidor. / Finge tan completamente / Que llega a fingir que es dolor / El
dolor que de veras siente.
- Con una falta tal de gente con la que coexistir, como hay hoy, ¿qué puede un hombre de
sensibilidad hacer, sino inventar sus amigos, o cuando menos, sus compañeros de espíritu?
- Soy, esencialmente, un poeta dramático.
Se considera que la gran creación estética de Pessoa fue la invención de los heterónimos,
que atraviesa toda su obra. Los heterónimos, a diferencia de los pseudónimos, son personalidades
poéticas completas: identidades, que, en principio falsas, se vuelven verdaderas a través de su
manifestación artística propia y diversa del autor original. Entre los heterónimos, el mismo
Fernando Pessoa pasó a ser llamado ortónimo, ya que era la personalidad original.
Los tres heterónimos más conocidos (y también aquellos con mayor obra poética) fueron
Álvaro de Campos, Ricardo Reis y Alberto Caeiro. Un cuarto heterónimo de gran importancia en la
obra de Pessoa fue Bernardo Soares, autor del Livro do Desassossego (Libro del desasosiego), una
importante obra literaria del siglo XX. Bernardo es considerado un semi-heterónimo por tener
muchas semejanzas con Fernando Pessoa y no poseer una personalidad muy característica ni fecha
de fallecimiento, al contrario que los otros tres, que tienen fecha de nacimiento y muerte, con
excepción de Ricardo Reis (que no tiene fecha de fallecimiento). Por esa razón el escritor y premio
Nobel portugués José Saramago pudo escribir su novela "O ano da morte de Ricardo Reis". A través
de los heterónimos Pessoa encauzó un profunda reflexión sobre la relación entre verdad, existencia
e identidad.
Alberto Caeiro : le dedicaremos el siguiente apartado.
Álvaro de Campos: ingeniero, es el hombre de la técnica, vuela en dirección al futuro.
Poeta existencialista, sensacionalista y escandaloso. Es el verdadero precursor de la poesía de
nuestro tiempo. Con un verso libre y extenso, pleno de imágenes sorprendentes y de caprichos
sintácticos en los que abundan toda suerte de recursos y licencias poéticas. Es el más actual y el que
descubre los misterios, contradicciones y angustias de esta vida.
Ricardo Reis: poeta pagano. Se proyecta en el pasado grecorromano. Recibió una vasta
cultura en un colegio de jesuitas y se formó en medicina. Conoce bien el latín y la cultura griega. Su
temática son los problemas trascendentales del clasicismo: los dioses, las figuras míticas y sus
relaciones con la humanidad, el “fado”, el problema de la libertad, la transitoriedad de la vida y de
la felicidad, el cambio, la muerte, el más allá. Le interesa solo el presente y la filosofía epicureísta.
Su lenguaje es culto, cuidado, tamizado de serenidad y pulcritud.
Estos tres heterónimos se conocen y se critican unos a otros. El ortónimo Pessoa dialoga
con ellos y los mete en su vida particular (dice encontrarse con ellos, los nombra en sus cartas, hace
creer a algún amigo que existen...). En su poesía ortónima Pessoa ama los símbolos y juega con
ellos, expresa su filosofía de vida y sobre las siempre fracasadas relaciones humanas. Su verso es
casi siempre rimado, tradicional, abundando los octosílabos de rara perfección y musicalidad
encajados en las estrofas más habituales.
Problemática literaria y personal de Pessoa
– Dialéctica constante entre sinceridad/insinceridad en su poesía. El poeta es incapaz de
sinceridad porque siente con la cabeza, con la inteligencia y la imaginación, nunca con el
corazón. Sus circunstancias vitales y su carácter hicieron de él un ser muy cerebral, no hay
lugar para el sentimiento. La suya es una sinceridad del intelecto, es sincero en la expresión
de la comprensión de las cosas, en la expresión de la inteligencia de las cosas.
– Unidad o diversidad de su poesía. Ni lo uno ni lo otro. Encontramos cuatro poéticas
particulares para expresar el lamento por la imposibilidad de recuperar el paraíso perdido, el
escepticismo o el idealismo; el dolor de pensar, la melancolía o el tedio.
– Recursos estilísticos comunes a la obra completa: Uso frecuente del hipérbaton, creación
de neologismos, invención de participios presentes, empleo del infinitivo sustantivado,
profusión de antítesis y paradojas. Empleo del RÍO como símbolo de la caducidad de la vida
humana.
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